Un post (casi) serio
En estos días me pasaron tantas cosas que no se por donde empezar a contar, así que voy a intentar escribirlo en orden cronológico en distintos posts.
Voy a comenzar contando acerca de mi divorcio, el cual se produjo cerca del día del amigo. Una pelea estúpida fue el desencadenante para cortar con una relación que ya casi llegaba al año así que, abogados de por medio, firmamos los papeles de la separación y cada una tomó por su rumbo.
Posiblemente ese sea el motivo por el cual me cuesta escribir tanto en el blog, ya que empecé el mismo poco tiempo antes de comenzar esta historia y me acompañó a lo largo de la relación, a tal punto de que prácticamente de lo único que hablaba era de la misma. Pero por otro lado no quiero dejar el blog porque, si bien la mayoría de los posts son un reflejo de mi relación con Vane, el blog no le pertenece a la relación. Además de que tengo muchas cosas en la cabeza que gritan pidiendo una catarsis, amenazando con acumularse y provocar una explosión nuclear si no las dejo salir (aunque no se si va a suceder algo con ese estallido cerebral atómico: ¿las explosiones se propagan en el vacío?). Por las dudas, y como no quiero convertirme en la asesina de miles de personas, pienso seguir “catarseando” o “catarsiseando” (se puede decir de ambas formas).
No estoy triste, ni mal, me lo tomé con demasiada soda, demasiado “light”, posiblemente sea porque me lo venía esperando, posiblemente porque en el momento de cortar había alguien que se ocupaba de que mi mente se mantuviera entretenida recorriendo constantemente la distancia que nos separa, posiblemente porque aún no caí en qué es lo que se fue, posiblemente porque tengo más fe en lo que viene que en lo que queda atrás… no sé.
Y cambiando drásticamente de tema: ya tengo mi entrada para ver a Les Luthiers en el Orfeo!!!!!, toy chocha, feliz, contenta, ansiosa, etc, etc. Lástima que falta como un mes todavía, pero bue… un mes pasa rápido.