lunes, octubre 09, 2006

Turismo Aventura al alcance de cualquier bolsillo.

Cada día me convenzo más: si querés vivir aventuras inigualables, si querés tener historias para contarles a tus nietos, si querés hacer turismo aventura muy económico o ganar anécdotas para hacer reír o llorar a tus amigos solo tenés que subirte a un colectivo urbano!. Por solo $1,20 tenés la diversión asegurada, y con unos cuantos viajes en esos “submundos” podés obtener material como para escribir uno o dos libros. Hoy por la mañana tomé uno en barrio lomadelcarajito para ir al barrio laotrapuntadelaciudad. Antes de subir pasé por el dispensario más cercano a colocarme mi dosis de antitetánica (requisito para subir a algunos) y tras la inyección me senté a esperar en la parada. Casi media hora después vi acercarse una nube de humo negro, así que me paré y estiré mi brazo haciendo la señal universal de “che, bondi: pará!”. La gran nube de humo negro rugiente no solo no paró, sino que me dejó tosiendo tras su paso y por si esto fuera poco momentáneamente ciega y aturdida. Cuando la nube de smog se disipó y pude ver nuevamente en donde estaba parada busqué lugar para sentarme a esperar otra media hora a que viniese otro, mientras tanto una señora que estaba ahí sacó un rosario de su cartera y junto con otras personas que estaban esperando nos pusimos a rezar para que el próximo no viniese tan lleno y parase (no soy creyente pero no importa, en el transporte urbano cordobés lo único que puede ayudar es la intervención divina).
Una vez dentro del colectivo me dirigí a la parte de atrás, justo había un par de asientos libres así que me senté tranquilamente en la enorme batidora humana. Recorridas unas cuantas cuadras el colectivo se detuvo en otra parada a recoger gente y no pudo arrancar más, así que nuevamente a esperar otra media hora a que viniese el siguiente para poder seguir viaje. Una vez que llegó el bondi subimos entrando casi a presión, lo único que le faltó hacer al chofer fue pararse y empujar un poco a los de adelante para comprimirnos y así poder meter más gente. Mi cara pegada contra el vidrio debe haber resultado graciosa para quien observase desde afuera, aunque dudo que alguien pudiese verme tras el vidrio “polarizado al natural”, es decir cubierto de barro, tierra, insectos y cualquier otra cosa que se pueda imaginar pegada a un vidrio. Yo no se si soy yeta o justo me cruzo en el camino de los infortunios, porque pasando el centro el “nuevo” colectivo se descompuso (sí, que se rompan dos colectivos seguidos seria increíble en cualquier lugar del mundo, en Córdoba posiblemente sea increíble que sean SÓLO 2 colectivos seguidos). En fin, tras ardua travesía llegue a barrio laotrapuntadelaciudad extremadamente tarde. Por suerte el regreso fue distinto, el destino se porto un poco mejor y me dejó viajar tranquila en un solo colectivo, sentada todo el viaje, y mirando el paisaje por una ventana semi-limpia. El boleto más caro del país, el peor servicio, y todavía siguen pidiendo aumentos… Sin palabras...

2 comentarios:

Alejandro Tapia dijo...

¿Y no conociste a nadie arriba del colectivo? Acá en Santiago a los colectivos les decimos "micros". Acá, los colectivos son los taxis con recorridos fijos. Me parece que en Argentina a éstos los llaman remises. Saludos...
NS

Just a Girl dijo...

No conocí a nadie ahí arriba, ja. Los colectivos son micros o buses que realizan un recorrido fijo y que tienen paradas fijas en donde la gente los toma o desciende. Los remises son como los taxis, autos que pasan a buscarte por tu casa y que a diferencia de los taxis "supuestamente" no pueden parar en la calle a recoger gente (supuestamente, porque paran lo mismo)