martes, octubre 17, 2006

Casi boys scouts... (o girls scouts?)

Este finde nos fuimos con Vane y unos amigos a pasar unos días a las sierras aprovechando el fin de semana largo. El viernes dejamos las carpas listas y todas las mochilas y bártulos habidos y por haber en mi dpto para salir el sábado tempranito. Como con tantas cosas en casa no se podía ni caminar, anduve todo el viernes tropezando (y sip, mi casita no es muy grande que digamos). Para colmo no hay nada peor que levantarse a tomar agua a la noche y llevarse puesto algo duro y pesado con el dedo chiquito del pie, mis vecinos hasta el día de hoy están pensando en contratarme como despertadora oficial del edificio porque esa noche demostré mi efectividad para tal trabajo con mis gritos de dolor.
El sábado tempranito Vane llegó en su auto y después de unos mimos empezamos a cargar las cosas para no perder tiempo. Al ratito llegó Nano (mi mejor amigo) que iba en el auto del novio junto a un par de amigas y amigos de ellos. En fin, tipo 8 ya estábamos todos y salimos rumbo a las mini vacaciones porque no queríamos viajar con el terrible calor, además de que era mejor llegar tempranito y armar todo antes de que el sol nos aplastase y nos dejase pegados a las piedras como lagartijas.
Éramos 10 en 3 carpas: una para 2 personas, y dos para 6 o 7, así que nos sobraba espacio (es más: estoy pensando seriamente en mudarme a una carpa, me parece que es más grande que mi dpto). Al mediodía comimos el obligado asadito de bienvenida, después hicimos todo lo común que se puede hacer en un campamento y para la noche ya se estaba formando una nueva pareja en el grupo: un amigo de Nano y una de mis amigas estaban llevándose demasiado bien, mucha charla, mucha risa, muchas miradas, muchos etcéteras (en el campamento “supuestamente” por lo que ellos dicen no paso nada, pero había demasiado feeling dando vueltas por ahí!).
A la noche mi amor me sorprendió de una forma que no esperaba en absoluto y que me encantó. Era cerca de la medianoche y estábamos charlando todos sentados al lado de las carpas cuando ella se acercó a mí y me pidió que la acompañara al baño porque no se animaba a ir sola, así que la seguí y nos fuimos en esa dirección. Apenas nos alejamos me dijo que era solo una excusa para que pudiéramos estar un rato a solas, así que seguimos hasta unos arbolitos que había cerca de la orilla del río y cuando llegamos allí me encontré con que había puesto una colcha en el pasto, y que arriba había una rosa roja (medio marchita por el calor), una carta, dos copas y una botella de champagne. A la carta me la dio con la condición de que la leyera estando sola cuando volviéramos a Córdoba, y a la rosa, el champagne y los besos me los dio a todos esa noche…
Nos quedamos tiraditas abrazadas mirando las estrellas, charlando y riéndonos hasta que nos venció el cansancio y nos quedamos dormidas (frío? Al lado de ella? Imposible!). Al amanecer me despertó con un beso muy dulce sabor a chocolate, mi vida había traído un bombón y se había olvidado de dármelo a la noche, así que totalmente derretido como estaba me lo dio por la mañana. Es una mujer muy tierna y dulce y me tiene embobada por completo, realmente no se como expresar en palabras todo lo que siento a su lado… Gracias mi amor por hacerme pasar una noche tan especial como esa! Gracias por ser tan dulce!, Gracias por hacerme sentir tan bien siempre! Gracias por cebarme esos mates y ponerle sal en lugar de azúcar!... y si… nadie es perfecto!

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bonita anecdota. ami me hubiera gustado tambien que me hagan esa sorpresa en un campamento