domingo, octubre 29, 2006

Me equivoqué de profesión?

No me molestan los ruidos de la construcción que esta frente a mi edificio, no me molesta que haya un tipo que espía los departamentos cercanos con un largavista creyendo que no lo vemos, no me molesta que a las 5 de la mañana me despierten los camiones que traen hierros y arena y todo lo necesario para el trabajo, no me molesta escuchar como tiran y después arrastran los hierros por el asfalto a esa misma hora, no me molesta pasar y que me griten cosas. Pero hay algo que me molesta terriblemente y me deja a punto de intentar entablar acciones judiciales para que detengan la obra, si señores de la construcción: ¡a ustedes se los digo!, me molesta TERRIBLEMENTE el hecho de que no tengan compasión de los pobres vecinos y se coman todos los días terribles asadazos. Es una tortura sentir ese aroma toooodos los días, ¿no se dan cuenta que existen pobres infelices como la que escribe que viven en un departamento de 2x2 y no tienen posibilidad de disfrutar de ese exquisito manjar por ausencia de espacios y/o asadores y/o parrillas? Para colmo cada vez que siento el aroma recuerdo inmediatamente ese mito que dice que no hay asado como el de una obra en construcción... Me parece que voy a poner una empresa constructora o voy a estudiar arquitectura solo para entrar a una obra (y lo más importante: salir después) solo para probar ese asado…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Peor.
Se extiende, se dilata, abarca, se propaga...

Estoy en Venezuela... y solo leer el post me hizo sentir (y extrañar) un buen asado de los nuestros...

Te comprendo...


Vixen

Just a Girl dijo...

vixen? la misma vixen de chudas?. Y sip, me imagino que se deben extrañar los asados estando tan lejos! y si estas por mucho tiempo, imagino que no debe ser lo unico que se extraña... esa sensacion de "desarraigo", esas ganas de volver a ver a tanta gente que quedó atrás, en feeeen, me agarra la melancolía y se me pianta el lagrimón se me pianta!
Besos!