Con unos cables en cortocircuito

Hace unos días charlando con una amiga acerca de nuestras creencias y no creencias, empezamos a hablar del cielo: no creo mucho, y no conozco a nadie que confirme su existencia así que prefiero decir que “supuestamente” es un lugar agradable, en el que todo es tranquilidad, paz, amor, que no existen las guerras ni ningún tipo de violencia (siendo el ser humano como es, suena demasiado utópico). Y me surgieron un montón de dudas: ¿existirá el chocolate en el cielo? El chocolate es uno de los placeres terrenales más increíbles, como también lo son los chupetines pico dulce, los alfajores de tres capas y los caramelos cremix de frutilla y crema. Los cigarrillos no porque matan, aunque pensándolo bien en el cielo ya están todos muertos, así que ¿porqué no? ¿Existirán esos placeres terrenales allá arriba? Si no existen señor Dios por favor no me lleve, déjeme acá abajo nomás, ¡no!, ¡no!, ¡no me malentienda señor Dios, dije acá abajo pero no TAAAN abajo! ¿Qué son estas llamas?, ¿quién es ese del tridente?, ¡y que pedazos de cuernos!, ¡bueno, veo que no soy la única que los tiene!
¿Y si intento comunicarme con alguien de allá arriba para que aclare mis dudas?, ya vengo, voy a hacer el juego de la copa y vuelvo…