viernes, mayo 04, 2007

Ella

Llego a su casa, atravieso la puerta de rejas que está abierta, cruzo el jardín y toco el timbre. Me abre casi inmediatamente con unos papeles en la mano, mirándome por encima de los anteojos. Sonríe y me hace pasar, cierro la puerta detrás de mí mientras ella me cuenta que está terminando algunas cositas que le han quedado pendientes de su trabajo. No entiendo nada de lo que hace, pero en eso estamos iguales porque ella tampoco entiende mi trabajo. Deja las cosas sobre la mesa y, acercándose, me da un beso con sabor a caramelo de menta fuerte, me encantan esos caramelos y se lo digo, me ofrece uno pero yo a cambio le pido otro beso, amo esos caramelos pero más amo sus besos: los caramelos no me producen la misma sensación que sus labios. Me besa y me pide que le de un tiempito para terminar lo que está haciendo. Enciendo la tele para entretenerme mientras ella termina con lo suyo, tomo la taza con café que tiene a su lado pero está frío… Hago zapping un rato, no encuentro nada que me interese así que apago la caja boba, pongo algo de música suave para no distraerla y empiezo a preparar algo livianito para cenar. Abstraída en mis pensamientos no la escucho entrar en la cocina pero me percato de su presencia cuando siento sus manos deslizarse por mi cintura, sus labios que se posan sobre mi cuello, un te amo susurrado en mis oídos mientras aprieta más su abrazo. Siento su cabeza posándose sobre mi hombro, me gusta que haga eso, me gusta darme vuelta y devolverle el abrazo. Me gusta que sea tan dulce, me gusta que me haga reír pero no me gusta cuando me reta, aunque muchas veces tenga razón al hacerlo y posiblemente por su acierto me molesten sus reproches. Cenamos, nos tiramos en el sofá a ver tele: están pasando una película que simulamos ver pero que a ninguna de las dos le interesa y entonces charlamos, jugamos, peleamos, nos reconciliamos, reímos, nos besamos, me hace cosquillas, me enojo, peleamos, nos reconciliamos, reímos, jugamos, nos besamos. Comenzamos un implícito concurso de caricias que termina, como tantas otras veces, empatado. La luz de la mañana nos encuentra nuevamente juntas, las voces que la tele deja oír no consiguen despertarme, como así tampoco los autos que pasan por la calle y que me suenan lejanos, pero un osito de peluche que me acaricia y me habla con la voz de ella me trae de regreso a su lado. Ojalá pudiera quedarme con ella otro rato…

6 comentarios:

La Oveja dijo...

muy tierno el post, pero ahora me dieron mas ganas de estar con mi chica y no puedo...

En mi mente... No estoy dijo...

Si Just, hiciste que nos dieran ganas de estar con nuestras chicas! y yo tampoco puedo!!..
Quisiera poder despertar todas las mañanas al lado de ella!!..
Me gustó este post!!
Saludos!

Mery Lu dijo...

Pero que chica mas romántica!!! últimamente estás mas inspirada que nunca. Seguí asi a ver si se me pega algo. Besos y abrazos. Tengo novedades en mi blog, pasa cuando quieras.

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...

aja!!

Anónimo dijo...

Está hermoso el post, me gusta como escribes.. lineas sencillas, descripciones vagas y una sensación de dulzura al leer cada palabra...

Intentaré pasar nuevamente...

Saludos!