lunes, diciembre 18, 2006

De vacaciones con los Campanelli

Este año el trabajo y el estudio me van a obligar a quedarme en casa durante todo el verano, así que he tenido que cancelar los pasajes a Europa que ya tenia reservados, y he tenido que cancelar también las reservas en los hoteles cinco estrellas, excursiones, alquiler de autos, y etc. etc. Afortunadamente a todo eso lo había hecho solo en mis sueños, así que la cancelación no fue tan difícil.
Como a este año pienso empezarlo con todas las pilas ya tengo planeado irme aunque sea un fin de semana a acampar por algún lado de las sierras cordobesas, que nada tienen que envidiarle a los mejores paisajes europeos (eso es lo que se denomina comúnmente el “consuelo de los tontos”). La idea es romper un poco con la rutina, pasar tiempo con amigos conociendo algún lugar nuevo, siendo devorada por los mosquitos, lidiando con un sapo que se mete a la carpa, mojándome porque la lluvia se filtra y ese tipo de cosas que por lo general pasan cuando de acampar se trata.
Todavía recuerdo la vez que fuimos a un paradisíaco balneario a pasar una semana y mi tan querido amigo Manolete, alias Nano, “olvido” hacer las canaletas de la carpa en la que dormíamos las mujeres, así que tras la lluvia amanecimos flotando sobre el colchón inflable por la cantidad de agua que había entrado a la carpa. O la vez que fuimos a un no tan paradisíaco lugar y no tuvimos mejor idea que poner un nylon debajo de las carpas, con resultados similares a la vez anterior. También recuerdo la vez que me quedé dormida tomando sol y tuve que pasarme varios días con pollera porque los pantalones me lastimaban al rozarme, y lo peor es que junto con el ardor se fue el color, y no quedó ni rastro de bronceado. O la vez que almorzamos pollo al disco con chicle, porque el chico que lo estaba cocinando es tan abriboca que se le cayó el chicle dentro del disco y cuando lo quiso sacar ya estaba lo suficientemente derretido como para no dejarse atrapar. O la vez que una “amiga” tomó prestado todo mi efectivo (por no decir robó), afortunadamente siempre tengo la costumbre de llevar algo escondido por ahí y a eso no lo encontró. Y sip, no fue un ladrón común y corriente, fue una de las chicas que había ido con nosotros y a quien no le conocíamos esas habilidades cleptomaniacas, lo peor es que no podíamos demostrar que había sido ella, así que prácticamente le pagué las vacaciones… Bueno, me parece que mejor no sigo enumerando anécdotas porque si sigo así cancelo este viaje también…
Que lindo que es acampar bajo las estrellas, viendo las mariposas volar, no?

2 comentarios:

Mery Lu dijo...

Y bue, yo tampoco me puedo tomar unas super vacaciones (básicamente por problemas de presupuesto) asi que también pienso pasar aunque sea unos días en las Sierras cordobesas, que vienen a ser algo asi como un comodín. Yo tengo unos recuerdos bárbaros de vacaciones en carpa, asi que no tenes nada que envidiarle a nadie. Cuando estás bien acompañada el lugar es lo de menos. Que lo disfrutes!!! Besos y abrazos enormes.

JP dijo...

Hola pase por aki
Saludos!!